En varias zonas del Distrito Nacional, los ciudadanos comienzan a percibir una ligera reducción
de la delincuencia. Sin embargo, el temor a ser víctima de un delito
sigue presente, lo que ha provocado cambios significativos en sus
rutinas diarias.
Un recorrido realizado por Diario Libre en los barrios Villa Juana, ensanche La Fe y Villa María reveló que moradores y comerciantes consideran que la seguridad ha mejorado en comparación con años anteriores. No obstante, coinciden en que las medidas actuales aún no son suficientes para bajar la guardia.
Toni Martínez,
residente de Villa Juana, señaló que la zona está «más controlada» que
antes. «Ha bajado un poquito, pero no podemos confiarnos», afirmó,
admitiendo que todavía hay focos de inseguridad en el área.
José Castellano, también de Villa Juana, expresó que «en todas partes hay delincuencia, pero se siente menos que antes».
En el ensanche La Fe, Geovany García coincidió en que los casos delictivos son menos frecuentes y que, en su mayoría, ocurren por descuidos.
En Villa María, el líder comunitario Will Reyes destacó que ha habido una notable reducción de la delincuencia en su sector, aunque reconoció que la situación aún no es la ideal.
Otro panorama
A pesar de los avances en algunos barrios, sectores como Villa Francisca, Gualey y La Trinitaria continúan enfrentando altos niveles de delincuencia.
En La Trinitaria, Cintia Herrera, presidenta de la Junta de Vecinos,
denunció que la comunidad sigue siendo víctima de robos y asaltos
recurrentes. «Hace 15 días nos robaron la bomba que abastece de agua al
Parque Enriquillo y a toda la comunidad. También sufrimos constantes
asaltos y hasta tiroteos. Aquí nos sentimos abandonados por las
autoridades», lamentó.
Por su parte, Eliazar Lizardo, representante de los edificios del I al V en Villa Francisca,
atribuyó el problema a la falta de iluminación en las calles, lo que
facilita la actividad delictiva. «Pedimos a las autoridades reforzar la seguridad en sectores como San Carlos, Villa Consuelo y Guachupita para combatir la criminalidad«, instó.
Mientras tanto, en Gualey, Robinson García
aseguró que la creciente delincuencia se debe a la falta de
oportunidades para los jóvenes. «Cada día son más los muchachos que
optan por la calle porque no tienen otra opción», expresó, subrayando la
necesidad de políticas públicas que fomenten la educación y el empleo
juvenil.
Cambios en la rutina
Aunque en algunas zonas la percepción de seguridad ha mejorado, el miedo a la delincuencia sigue condicionando la vida cotidiana de los ciudadanos. De acuerdo con la Encuesta
Nacional de Hogares de Propósitos Múltiples (ENHOGAR) 2022, muchas
personas han cambiado sus hábitos para reducir el riesgo de ser víctimas
de delitos.
Entre las medidas más comunes están:
- Evitar el transporte público en horarios nocturnos.
- Reducir visitas a familiares y amigos.
- Abstenerse de participar en actividades comunitarias.
- No usar joyas ni portar dinero en efectivo.
- Limitar las salidas nocturnas.
La seguridad
sigue siendo una de las principales preocupaciones de la población y un
desafío pendiente para las autoridades. Los residentes de estos
sectores han solicitado un mayor patrullaje policial, el equipamiento de
los agentes y la instalación de cámaras de vigilancia como parte de las
estrategias para reducir la criminalidad y recuperar la tranquilidad en sus comunidades.
creditos a diario libre